En el X Simposio: La Utopía del Cuidado de la Casa Común la respuesta a la vida amenazada 

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Tendremos una Mesa Redonda con un panel formado por José Rafael Quesada, Rodrigo Arce, Ibar Cepeda y Doris Balvín. La moderación estará a cargo de Sandra Gutiérrez.

Se conversará sobre este tema poniéndolo en el contexto de la evolución de la vida desde el origen del universo. Reconociéndonos como cohabitantes de una tierra “una casa común compartida” a la par que se presentarán salidas que ya se vienen dando en distintas partes del mundo.  

Hay un proceso evolutivo que avanza de lo más simple a lo más complejo, esto lo podemos ver en las distintas formas de vida, al igual que en nosotros los seres humanos que desde el punto de vista biológico hemos evolucionado en procesos de transformación activa de adaptación creciente; entendida ésta desde diferentes expresiones como la colaboración con las otras formas de vida y en tanto tales, desde el punto de vista biológico no podemos separar a la humanidad de las otras especies que habitan la casa común. 

Somos cohabitantes que compartimos hábitats y hábitos. Es más, la ciencia hoy da cuenta que hay una “conciencia cósmica” que se expresa en todas las formas de vida en distintos grados de desarrollo y que todos los seres vivos, es decir todas las especies, estamos conformados básicamente de los mismos elementos químicos, aunque hay diferencias por supuesto en cuanto a la composición y proporción. 
Los seres humanos a diferencia de las otras especies tomamos decisiones, a partir de la percepción y la experiencia creamos imágenes que transforman el mundo, a una velocidad infinitamente mayor a la que ocurre con las otras especies. 

En función a nuestras necesidades y deseos expresamos nuestra intencionalidad en el mundo y ello nos lleva a la acción; en ese sentido, somos seres histórico-sociales transformadores de realidades, y cada ser humano que nace lo hace en un paisaje transformado por lo humano donde el aprendizaje sin límites siempre está abierto. 

En ese proceso hemos construido sociedades cada vez más complejas que vienen poniendo en riesgo la casa común en tanto se ha impuesto un modo de producción y consumo insostenible que degrada la naturaleza, la vida y al ser humano a su condición de máquina. Hoy son el dinero y los poderes del capital financiero, el complejo militar-industrial y tecnológico los que nos gobiernan. Desmontar, este escenario es parte de la utopía de una nueva sensibilidad, pues en medio de este caos se viene construyendo la utopía del cuidado de la casa común: la casa del ser humano y de las otras formas de vida que la habitan.

Una serie de iniciativas en curso avanzan en esa dirección de colocar al ser humano como valor central en armonía con su medio natural: “bio-geo-humanismo”6. Dicho, en otros términos, avanzar en la dirección de reconciliar lo humano con las otras formas de vida requiere cuidar la casa del ser humano colocando la vida como centro orientando la ciencia y la tecnología al servicio de la vida y no de intereses de unos cuantos que hoy lucran con las esperanzas y las mejores aspiraciones de los seres humanos.