Pandemia y humanismo universalista

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El intento de esta exposición no será un análisis de la pandemia, sus causas, responsabilidades y posibles soluciones. Habiendo constatado que la situación creada por la pandemia de Covid 19 ha incrementado la inestabilidad tanto de los sistemas institucionales como de los individuos en todo el mundo se parte de la consideración de que es precisamente en los momentos de inestabilidad cuando se abren "grietas" en el mundo de lo establecido, a través de las cuales pueden deslizarse elementos de cambio, que ciertamente pueden tomar diferentes direcciones. De hecho, en la situación creada tras la explosión de la pandemia, se identifican elementos que indican una dirección antihumanista y elementos que indican una posible evolución en sentido humanista.

Se plantean pues  algunas preguntas a las que no se pretende dar respuestas puntuales; nos proponemos más bien ofrecer elementos de reflexión para poder responder:

-¿Es posible que el impacto de la pandemia en la conciencia humana active su capacidad de imaginar y, por tanto, de construir un nuevo paradigma ético, social y personal, como un paso significativo hacia la Nación Humana Universal?

-Las graves consecuencias de la pandemia a nivel social y personal ¿han contribuido a crear condiciones favorables para un diálogo en el que la propuesta del Nuevo Humanismo llegue a interlocutores que compartan su interés y su horizonte?

-En la difícil transición entre el mundo que hemos conocido y el mundo que viene ¿puede la pandemia considerarse un factor de aceleración del cambio histórico?

-En esta aceleración, ¿anidará en el corazón del ser humano otra imagen del futuro, la imagen de una relación diferente entre cada ser humano y su prójimo, en la que la mirada hacia el otro esté permeada de una nueva compasión y tolerancia, de una relación diferente entre cada ser humano y su alma?

1. En la primera fase de la pandemia experimentamos la necesidad de compartir, un sentimiento de solidaridad con otros seres humanos; la mayoría de los habitantes de nuestro planeta tomamos conciencia de tener un destino común, una fragilidad común, de la necesidad de una respuesta común. En síntesis, nos dimos cuenta de que pertenecemos a una misma familia humana, y con ello florecieron espontáneamente un sinnúmero de iniciativas de solidaridad y ayuda a los más débiles.

Pareciera que esta experiencia hubiese quedado sofocada por el agravarse de la situación, el miedo, la preocupación y la ineficacia de las instituciones. Pero esto probablemente es parte de la narrativa de los medios de comunicación, porque de hecho el voluntariado continúa enégicamente su acción solidaria.

Sea como fuere, esa experiencia ya pertence al bagaje vivencial y de memoria de individuos y conjuntos como una forma posible de relación con el prójimo, una forma capaz de derribar el muro de la indiferencia y pasar así a formar parte de ese trasfondo psicosocial -del que ya hemos hablado en otra ocasión[1]- como factor de transformación.

2. Una segunda consideración tiene que ver con la posibilidad de que las propuestas del Nuevo Humanismo, en el sentido dado por el encuadre de este Simposio, llegen, en la situación que nos toca vivir, a un número creciente de interlocutores que compartan su importancia y centralidad.

En la tesis[2] que Silo discute con motivo de la concesión del doctorado honoris causa por parte de la Academia de Ciencias de Moscú en 1993, el autor señala cómo, cuando ha tenido la oportunidad de explicar su pensamiento, a menudo tenía la sensación de que, aunque el público podía seguir el hilo de su discurso sin dificultad, él no lograba "conectar" con una gran parte del auditorio. A continuación, analiza las condiciones necesarias para que se produzca un diálogo, entendiendo éste como una relación de reflexión o discusión entre personas, entre partes, en la que una puede aceptar, rechazar o cuestionar las afirmaciones de la otra. Entre estas condiciones, se da especial importancia a la intención previa al discurso, que delimita el ámbito, el universo en el que se inscriben las proposiciones. En este ámbito reside la valoración global de la importancia que cada parte puede otorgar a un mismo tema, una importancia que no está dada por el tema en sí, sino por un conjunto de creencias, valoraciones e intereses previos. Se trata de elementos predialogales que operan en el horizonte epocal y social, y que los individuos suelen confundir con el producto de sus experiencias y observaciones personales.

Si las proposiciones del Humanismo contemporáneo no consiguen una adecuada conexión con muchos interlocutores, es porque existen reparos y creencias de momentos históricos anteriores que dan mayor importancia a otros temas que la atribuida a la problemática que tiene como centro al ser humano. En conclusión, Silo afirma que "no habrá diálogo cabal sobre las cuestiones de fondo de la civilización actual hasta que empiece a descreerse socialmente de tanta ilusión alimentada por los espejuelos del sistema actual”

Parece  que la  pandemia ha socavado gravemente esta confianza en el sistema, dado que ya no se pueden disimular u ocultar sus dramáticos efectos.

El informe de OXFAM[3] de enero de 2021, titulado "El virus de la desigualdad" y publicado en ocasión del Foro Económico Mundial de Davos, destaca cómo la pandemia de coronavirus llevará potencialmente a producir un aumento simultáneo de la desigualdad en casi todos los países del mundo. El virus ha puesto de manifiesto, y exacerbado, las desigualdades preexistentes a nivel económico, racial y de género.

Sólo unos pocos datos:

- En sólo nueve meses los activos de los multimillonarios han alcanzado nuevamente los niveles astronómicos anteriores a la pandemia, mientras que para los más pobres del mundo la recuperación podría llevar más de una década.

- El aumento del patrimonio de los 10 multimillonarios más ricos del mundo desde el inicio de la crisis sería más que suficiente para evitar que todos los habitantes de la Tierra caigan en la pobreza a causa del virus y para asegurar la vacuna antiCOVID-19 para todos.

- A nivel mundial, las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores económicos más afectados por el desempleo.

- Los brasileños de ascendencia africana han tenido un 40% más de probabilidades de morir de COVID-19 que la población blanca, y en Estados Unidos, los afroamericanos y los latinos tienen más probabilidades de morir de COVID-19 que los blancos.

La crisis del coronavirus ha llegado a un mundo que ya era muy desigual. Un mundo en el que un exiguo grupo de approximadamente 2.000 multimillonarios poseía más riqueza de la que podía gastar en mil vidas; un mundo en el que casi la mitad de la humanidad se veía obligada a sobrevivir con menos de 5,50 dólares al día; un mundo basado en un sistema de valores distorsionado que induce un sentimiento de culpa y vergüenza en los desempleados y marginados, transformando la ira en resignación.

Las instituciones han empezado a preocuparse por el empeoramiento de esta situación. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se han declarado seriamente preocupados porque la pandemia aumentará el nivel de desigualdad en todo el mundo, con efectos devastadores.

Muchos gobiernos e instituciones supranacionales se han visto obligados a balbucear nuevas respuestas a esta situación sin precedentes. Políticas transformadoras que parecían impensables antes de la crisis, de repente se han demostrado posibles.

Está claro que, a pesar de las declamadas intenciones de cambiar el modelo de desarrollo, se trata de políticas sectoriales, en ámbito económico, social, sanitario, medioambiental, etc., que buscan "corregir" los errores cada vez más evidentes de un sistema tambaleante, intentando recomponerlo, cuando no se trata de aprovechar el desorden creado por la pandemia para reposicionarse a nivel geopolítico.

"Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie", diría Tomasi di Lampedusa[4].

Pero escribe Silo: "Únicamente con un creciente fracaso de las soluciones puntuales se arribará a otro horizonte del preguntar y a una condición adecuada de diálogo. En ese momento, las nuevas ideas comenzarán a ser gradualmente reconocidas y los sectores cada vez más desesperanzados comenzarán a movilizarse".[5]

Que las políticas puntuales que se han puesto en marcha están condenadas al fracaso es cada vez más evidente para todos. Basta pensar en la vergonzosa guerra de las vacunas, que está en pleno apogeo y que antepone descaradamente los intereses económicos y políticos a la vida humana. La pandemia ha dejado al descubierto errores y falsedades por doquier, en primer lugar la mentira de que el libre mercado sería capaz de garantizar la salud y la asistencia sanitaria para todos.

La pérdida de fe en la posibilidad de que la situación pueda mejorar, acentuada por la pandemia y el fracaso de las respuestas desestructuradas que el sistema está implementando ¿despejará el camino a una nueva visión del mundo y de las relaciones sociales, poniendo en marcha una movilización de la base social?

Arundhati Roy escribe al respecto[6]:

"A lo largo de la historia, las pandemias han obligado a los seres humanos a romper con el pasado y reinventar su mundo. Esta pandemia no es diferente de las anteriores: es un portal, un paso entre un mundo y otro. Podemos optar por atravesarlo, arrastrando con nosotros los cadáveres de nuestros prejuicios y odios, nuestra avaricia, nuestras bases de datos e ideas muertas, nuestros ríos contaminados y cielos humeantes. O podemos cruzarlo caminando con ligereza, con poco equipaje, dispuestos a imaginar otro mundo. Y dispuestos a luchar por ello".

3. Una última reflexión se refiere a los efectos de la pandemia en lo que hemos llamado "la relación entre cada ser humano y su alma". Los efectos de la pandemia parecen haber acelerado el proceso de decadencia de un mundo que desde hace tiempo da muestras de no ser capaz de responder a las exigencias del ser humano, como individuo y como conjunto.

En la difícil transición entre el mundo que hemos conocido y el mundo que viene, el alma humana está expuesta a los vientos del cambio y fluctúa en busca de nuevas referencias.

Ortega y Gasset habla del alma desilusionada, del alma decepcionada o desengañada, como la última etapa del ciclo que él ve en tres grandes colectividades históricas, la europea, la griega y la romana. "En cada una de esas grandes colectividades el hombre ha pasado por tres situaciones espirituales distintas... De un estado de espíritu tradicional pasa a un estado de espíritu racionalista, y de éste a un régimen de misticismo". [7] 

El ciclo se inicia con el alma tradicionalista, que encuentra en la tradición, en el pasado, su referencia y su norma; en la Edad Media europea, los movimientos de burgueses y campesinos no se proponían transformar el régimen político y social, sino que se limitaban a perseguir la corrección de un abuso sin cuestionar el régimen establecido. A ésta le sigue el alma revolucionaria, que sustituye la tradición por la razón, que elabora ideas e ideologías a partir de las cuales se rebela, no contra los abusos del régimen, sino contra los usos, es decir, contra el régimen mismo. Con el fracaso de las ideologías, termina la era revolucionaria y surge el alma desilusionada que, tras la derrota de las ideologías, del audaz intento de sustituir la realidad por la idea, pierde fe tanto en la tradición como en la razón y comienza a elevar la mirada.

La desconfianza, la desilusión, la pérdida de esperanza, emplazan al individuo en la necesidad de cambiar la dirección de su mirada. Si la tradición y la razón, la religión y las ideologías ya no son referencias, el individuo se encuentra solo. "...el encontrarse el individuo a solas consigo mismo lo lleva a afrontar cuestiones que conciernen a la existencia humana, al margen de cualquier coloración relativa a situaciones puntuales y, por tanto, al margen de cualquier relativismo, y lo lleva a ampliar su horizonte desde la particularidad de la nación, la tribu, la familia, la empresa, hasta la universalidad de la pregunta que cada uno, en cuanto existente, no puede dejar de plantearse acerca de su propio destino". [8]

Pero ¿cómo elegir la nueva imagen del mundo, qué tipo de sociedad, qué tipo de economía, qué valores, qué tipo de relaciones interpersonales, qué tipo de diálogo entre cada ser humano y su prójimo?

En este interrogarse en busca de lo que realmente necesita, tras abandonar quimeras vanamente perseguidas, toda persona puede acceder a las aspiraciones más profundas guardadas en el fondo de su alma, recurrir a ese sentimiento religioso -del latín re (intensificación) y ligare (ligar)- que la une al destino de los demás seres humanos y a la evolución de todo lo existente, y que es independiente de su adhesión o no a una religión.

Entonces podrá salir de la resignación para elevarse como ser humano, reconociendo las huellas de lo sagrado dentro de sí, su propia capacidad de crear y transformar el mundo, y hará despertar de su profundo sueño a esa espiritualidad que alimenta las mejores aspiraciones de los seres humanos.[9]

 


[1] L. Cici, El Mensaje de Silo y la transformación del trasfondo psicosocial, III Simposio internacional del Centro Mundial de Estudios Humanistas “Un Nuevo Humanismo para una Nueva Civilización”, Parques de Estudio y Reflexión, Attigliano, Italia, 2-3-4 noviembre 2012.

[2] Silo, Las condiciones del diálogo, en: Silo, Obras completas, Vol. I, Habla Silo, pág. 1039, Ed. Plaza y Valdés, Méjico DF, junio 2002 y, publicado en formato digital, en Silo.net

[3] La OXFAM (Oxford Committee for Famine Relief) es una confederación internacional de organizaciones sin fines de lucro que se dedican a la reducción de la pobreza en el mundo a través de la ayuda umanitaria y proyectos de desarrollo.

[4] Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Il Gattopardo, Ed. originale Feltrinelli, 1958

[5]  Silo, ibidem, pág. 1046

[6]  Arundhati Roy es una escritora hindú, activista política en el campo de los derechos humanos, el ambiente y los movimientos anti-globalización. En 1997 gana el Premio Booker con su primer libro El Dios de las pequeñas cosas.

[7]  Ortega y Gasset, El ocaso de las revoluciones, en El tema de nuestro tiempo. Ed. Calpe, Madrid, 1923

[8] Aldo Masullo (1923-2020), Etica della salvezza, Entrevista de Renato Parascandolo. La entrevista es parte de la obra en videocassette "Viaggio tra i filosofi" - Enciclopedia Multimediale delle Scienze Filosofiche, editada por VideoSapere-Paravia.

[9]  Silo, El Mensaje de Silo, La Experienza, Reconocimento, en Silo.net